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Sara Sánchez López, directora adjunta de ASPY Prevención


Barcelona, 8 de marzo de 2019

Con motivo de la celebración del día 8 de marzo, contamos hoy con una mujer que nos traslada una reflexión sobre su experiencia vital. Sara Sánchez es Ingeniera Industrial, Master en Administración y Dirección de empresas, Técnica en Prevención de Riesgos Laborales y, actualmente, Directora General Adjunta de ASPY Prevención.

 

¿Sara, qué significa para ti el día de la mujer?
Para mí significa dar visibilidad a las dificultades con las que, lamentablemente, se siguen encontrando muchas mujeres, en todos los ámbitos. Y una oportunidad para destacar y dar voz a mujeres referentes para todos, especialmente pensando en las nuevas generaciones. Mirando atrás, se ha recorrido un largo camino pero aún no es suficiente. Lo que de verdad me gustaría es que la igualdad fuera total y la celebración de este día no fuera necesaria.

¿Te has encontrado con muestras de desigualdad en tu experiencia vital?
En este aspecto debo reconocer que soy afortunada y no me he encontrado con muchas muestras de desigualdad. Tal vez, la época en las que más las he vivido, fue durante la carrera pero, en cualquier caso, sólo servían para motivarme a esforzarme más y demostrar que era capaz de hacerlo.

¿De pequeña recuerdas plantearte cuál sería tu futuro?
Lo que más recuerdo de pequeña eran mis ganas de marcar las mismas reglas de juego para todos. Somos cinco hermanos, cuatro chicos y yo, y no me gustaba que se esperara algo distinto de mí por el hecho de ser una chica. Entiendo que para mi madre no fue fácil, a ella le enseñaron justo lo contrario, pero con los años y alguna que otra “discusión”, marcamos nuevas reglas.

Ahora explícanos, ¿cuál ha sido tu trayectoria en ASPY?
Me incorporé a la empresa en el 1999 como técnico de prevención en la dirección del Servicio de Prevención. Posteriormente me incorporé al área de calidad, haciéndome cargo, en 2008, de la subdirección del departamento. Esos años en Calidad me permitieron interactuar con todas las direcciones y conocer de primera mano el funcionamiento de toda la empresa. Este conocimiento me ayudó en el salto a la dirección comercial, en 2014, del mismo modo que pasó con la posterior promoción a la dirección general en 2017.

¿Cuál ha sido tu experiencia personal como mujer en la empresa?
Nunca he sentido discriminación de ningún tipo. Por fortuna “aterricé” en una empresa donde el 57% de la plantilla la conforman mujeres, presentes en todos los perfiles de la organización, técnico, sanitario, administración, y también en el equipo directivo. Actualmente las políticas de promoción y selección de la empresa se fundamentan en las personas y en sus capacidades, no en su género. Es un ámbito en el que todavía hay mucho por hacer pero ASPY está en el camino correcto.

¿Qué opinas sobre la percepción de la maternidad en el mundo laboral?
Todavía hoy la maternidad penaliza profesionalmente. El hecho de ser madre aún hoy ralentiza el desarrollo profesional de la mujer, ya que somos nosotras las que principalmente detenemos y posponemos nuestra actividad laboral, para dedicarnos al cuidado de la familia. Celebro los avances en materia de igualdad pero creo que queda mucho por hacer. Mi caso es un tanto especial, ya que ASPY me promocionó a la dirección estando de baja maternal. Entiendo que no es la “norma”, se trata un punto a favor de la empresa según mi punto de vista, el deseo de ser madre nunca debería jugar en contra de la promoción de una trabajadora con talento.

¿Qué le dirías a una niña para ayudarla a encaminar su futuro profesional?
Que puede hacer lo que quiera, que será la mejor profesional si se lo propone. Que no escuche a quien le diga que no vale para las mates, la física o la química. Que puede ser programadora, científica, bióloga, periodista o directora de arte… sólo debe esforzarse y poner pasión en lo que decida. Estoy segura de que las niñas de hoy vivirán en un futuro mejor. Hasta ese momento, seguiremos celebrando este día, y luchando por la igualdad real.

¿Y qué le dirías a un niño?
Exactamente lo mismo que a una niña. Si queremos que la igualdad sea una realidad debemos tratarlos de igual manera. Y si existe una vía para conseguirlo es desde la educación. De todos depende esta tarea, educar a los niños en el respeto desde pequeños y acompañarlos en el desarrollo de sus talentos, dejando de lado las etiquetas. Si aceptamos la individualidad de cada niño y sabemos transmitirlo, habremos dado un paso importante en la eliminación de la discriminación por razones de género.

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