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Suena el despertador, te levantas y desayunas a la carrera. Trabajas más de 8 horas sentado delante de un ordenador. Almuerzas un café y comes, generalmente algo rápido, porque no te dio tiempo a preparar nada en casa. Terminas la jornada, llegas a casa y el sofá, frente al televisor, te espera. Allí cenarás y al día siguiente se repite el ciclo.Este estilo de vida es el que tiene sumido a miles de españoles en una nueva pandemia: el sedentarismo. Si bien ningún certificado médico de defunción afirma que alguien ha fallecido a causa del sedentarismo, un estudio de la prestigiosa revista médica británica The Lancet, asegura que la inactividad es, en términos absolutos, un factor más mortal que el tabaquismo: las muertes que los investigadores atribuyen al tabaco son 5,1 millones anuales, mientras que las provocadas por la falta de ejercicio ascienden a 5,3 millones.

El cálculo del efecto mortal de la inactividad, lógicamente, no se puede hacer de manera directa, pero sí se pueden atribuir al sedentarismo aquellas muertes producidas por enfermedades agravadas por la falta de ejercicio o que mejorarían si se practicara. Estamos hablando, por ejemplo, de enfermedades coronarias, hipertensión, infarto, síndrome metabólico, diabetes tipo II, depresión,  e incluso, dos de los cánceres más frecuentes: el de mama y el de colon.

Aunque no es una enfermedad, la inactividad física mata lenta y silenciosamente. Y si no lo consigue, sí puede convertirse en un mal crónico.

¿Por qué hay que realizar actividad física?

  • Quema grasa, ayudando a manejar el peso e índice de masa corporal. El ejercicio contribuye a que las personas se mantengan en forma y cuiden su peso, a la vez que aumenta la autoconfianza.
  • Regula y protege de varias condiciones crónicas incluyendo la diabetes tipo II, las enfermedades del corazón, la apnea del sueño, el asma y ciertos tipos de cánceres.
  • Libera endorfinas, que son químicos que mejoran el humor. La actividad física alivia la depresión y la ansiedad, así como facilita la capacidad de concentración.
  • Contribuye al desarrollo muscular, que permite realizar las tareas diarias con eficiencia y facilidad.
  • La inactividad contribuye a una mayor mortalidad prematura relacionada con las causas físicas, psicológicas y socioeconómicas

Muchos expertos opinan que se deberían adoptar políticas públicas para combatir el sedentarismo entre los ciudadanos. Como ya se ha hecho con el tabaquismo o con el alcohol y la conducción, se podría limitar la inactividad y promover la actividad física. Otras voces opinan, sin embargo, que la clave del cambio está en los colegios, educando a los más pequeños en la necesidad de tener una vida activa, con ejercicio moderado y actividades al aire libre como el único método para ayudarles a convertir este modo de vida en un hábito sano.

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